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Esta receta es muy sencilla de preparar, con un resultado jugoso y de delicadas notas picantes y un sabor irresistible que recuerda a la cocina oriental.

El pesto alla genovese es el más popular de los pestos, conocido también como pesto de albahaca. Su origen lo hallamos en la región italiana de Liguria, concretamente, y tal como su propio nombre indica, en Génova.

La masa quebrada o masa brisa es ideal para hacer pasteles tanto dulces como salados, empanadas, empanadillas, tartaletas y quiches.

La carbonara es una de las recetas más conocidas de la cocina italiana, y también una de las más exportadas y versionadas desde que apareciera por primera vez escrita por Ippolito Cavalcanti en 1839.

Las ensaladas de pasta son ideales tanto para los días de calor como para cuando no apetece liarse mucho en la cocina o no se tiene demasiado tiempo.

Ésta es una salsa muy cremosa y de sabor muy suave, acentuado con un toque ácido que la hace irresistible.

Como ya os contamos en la receta del pesto de brócoli, la salsa pesto tiene su origen en la región italiana de Liguria, la capital de la cual es Génova. Por esta razón, el nombre de «pesto» viene de «pestare», que en genovés significa «machacar en un mortero», que es como tradicionalmente se venía haciendo esta salsa desde el siglo XVI.

La lasaña es uno de los platos que más fans tiene, aunque también es de los que más llenan, por lo que si pretendéis dejar espacio para un segundo plato, esta lasaña de berenjena, puerro y tomate es una buenísima opción.

Esta receta es una de las más rápidas de hacer que existen, ya que consiste en un plato de pasta con una salsa que, como ya sabréis los que la conozcáis, es muy fácil de hacer, y a su vez está llena de matices gracias a la mezcla de sus ingredientes, los cuales aportan distintos toques de sabor: desde el salado, hasta el picante, pasando por el dulce y el ácido.